miércoles, enero 11, 2006

decisión absurda con efectos secundarios


Esta mañana se ha encendido la luz. Ya sé cómo hacerlo para olvidarte: poco a poco. No, no, para mi las soluciones drásticas como la que me propusiste en nuestra última conversación, no funciona. Cierra puertas, cierra ventanas, borra contactos: no. Seamos honestos: eso es prácticamente imposible. A pesar de la distancia los amigos comunes, los lugares -ciberlugares- que visitamos y frecuentamos ambos, son demasiados... Ummm, "comunes". Habría que cambiar de identidad, cambiar los números de teléfono, las direcciones y comunicar las nuevas a los conocidos. Con lo cual, en cualquier momento, sin querer, aquellos que no saben que tu desconoces mis direcciones, podrían reenviarte inocentemente un email donde yo figurara y tú volver a tenerla. Claro que así también te darías cuenta de que eres el único con el que no me comunico. Porque podría advertir a los amigos de que no te dijeran nada de mi nueva identidad, pero no voy a explicarle a todo el mundo que-no-quiero-que-tú-te-enteres-de-si-respiro-o-no. Además de que no quiero contarlo, es absurdo, no entenderían: a un amigo al que no quieres contactar, dejas de hacerlo, poco a poco pasa el tiempo, y a los meses ni te saludas. Luego un buen día uno dice "hola" de nuevo y la respuesta es " ¡Qué sorpresa!, ¡Cuánto tiempo!¿verdad?". Pero este no es el caso, es extraño, es una extraña amistad, por eso no es este el caso. Si dejamos de saludarnos durante un tiempo, dejaremos de hablarnos practicamente en toda la vida. ¿Si? Entonces ¿Para qué direcciones o ? El tiempo correrá y ya está. Pero cabe la posibilidad de que a alguno le entre la neura y contacte con el otro ¡tenemos tantas formas de hacerlo!

Asi que ¿Cómo solucionarlo?

Ya lo sé... si, he descubierto cómo olvidarme de ti: poco a poco, sin cortes drásticos, sin apenas esfuerzos, sin privaciones, sin prescindir de nada. Tardaré un poco en obtener el resultado deseado pero, como en una dieta de adelgazamiento, estas cosas no se pueden hacer de forma improvisada, ni demasiado rápidamente, porque acaba por ser contraproducente y provoca el resultado contrario. ¡Voy a dedicar un tiempo cada día a olvidarte! ¿No es fantástico el método? Al principio, poquito rato, un minuto, por ejemplo. Pero con empeño y decisión. Es como empezar a realizar una tabla de ejercicios e ir augmentando poco a poco el tiempo destinado: se te pone la tripa dura de hacer abdominales en unos meses, casi sin enterarte.
Si dedico un minuto diario con atención y concentración a olvidarte y a los tres días aumento el tiempo de práctica a tres minutos y a los tres días a cinco, despues a 10, sigo aumentando a 20, 30, 45, 60, siempre calculado, siempre a la misma hora -a primera hora al levantarme es buena idea, fresca al despertar como estaré- en unos meses ¡habré conseguido olvidarte durante medio día! Y si me levanto un poquito más temprano para empezar al alba, para la hora de comer, ya no me acordaré de ti. ¡Genial! En un año, la costumbre de practicar tu olvido durante medio día, la facilidad con que ya lo haré, mi habituación al hecho de olvidarte será tan grande que conseguiré que el resto del día no me acuerde de ti como una simple continuación de los efectos logrados por la mañana, como si de una sedación se tratara.

¡¡ Mañana empiezo: tengo que acordarme de poner el despertador a las 6.00 h. para empezar a olvidarme de ti!!

2 comentarios:

LOLITA LOP dijo...

que triste te noto ORDELINA , ... , animate que no merece la pena anclarse en los malos rollos ...

un besito :)

LOLITA LOP dijo...

sorry , mil sorrys , REINA MIA , te he llamado ordelina , la edad me está atrofiando las neuronas