viernes, marzo 31, 2006

rendirse

foto bahía - 01/01/2006

Perfectas listas de rayas verticales alineadas, columnas de 7 marcas, talladas hendiduras en la madera, surcos labrados, joyas de precisión de reloj suizo, iguales y equidistantes, pirograbadas. Pensó tachar días en un calendario o en una agenda, tal vez más práctico para cargar encima en los viajes. Pero no quiere papel: los dedos sudan, se mancha y se doblan las hojas. No soporta los libros subrayados ni las esquinas de las libretas arrugadas. La pulcritud de los rasguños uno a uno, milimétricos, hechos con el punzón caliente al rojo no se pueden confundir nunca como el trazo del bolígrafo lo haría con la cuadrícula impresa de un calendario o las líneas de un cuaderno. Contempló la posibilidad de utilizar una pda pero las pilas, la batería, la recarga y los cables se le líaron al cuello y lo asfixiaron muchos antes de alcanzar la tienda para comprarla. Los dos minutos que emplea en hurgar en la madera suponen el ejercicio diario de concentración, aíslado de todo, él, la madera y Grace. Siempre le gustó Grace y a veces la línea toma forma y es la silueta de un nadador entre las ondas del Mississipi que tararea Buckley mientras desaparece entre las cañas.

Porque una única locura lo persigue todavía: intentarlo de nuevo, volverlo a lograr. Pero sabe que no puede, que no debe, que no resistirá.

Su mentalidad de viejo deportista le transmite que la única forma de llegar a la meta es saltando todas las vallas y hay que relegar al corredor de fondo por nombre ambición, constante, con sus mútiples estrategias para alcanzarlo, a distancia fríamente calculada que vigila para asaltarlo en un sprint final al terminar el día cuando está más cansado: la tentación de intentar llegar hasta ella de nuevo. Y una música, un olor, una foto, una película, un libro le recuerdan un desafío que nunca volverá a superar. Las ganas todavía aparecen en cualquier momento del día, no puede bajar la guardia. Por eso marca cada noche una raya en una tablilla, procura que sea a la misma hora como un extraño rezo diario, una jornada-valla superada, y se duerme. El resto del tiempo desarrolla sus actividades sin levantar sospecha sobre las imágenes de resistencia a las corrientes y fríos de 16ºC que cruzan su mente. Trata de distraerse: juega al ajedrez en local alejado de la playa, lee sobre cualquier cosa que nada tenga que ver con los océanos y paisajes marino o se sumerge la cocina con libros que explican cómo hacer un soufflé, carnes o utilizar las hierbas aromáticas.

Una noche se atreve y baja a la playa: cree que ha llegado la hora de despedirse definitivamente. El culo sobre las rocas y los ojos en la luna llena de marzo, junta todas las tablillas y las cuenta: 8, una a medias, piensa que es el momento de decidir, lleva "mucho recorrido" se sonríe amargamente, ya está lejos de la tentación.Su intensa preparación física fue abandonada el dos de julio pasado al regresar a la vida. Su cuerpo flácido y gastado apenas revela que algún día fue un finalista de natación en México '68. Sabe que, a estas alturas, el deseo de cruzar a nado los 17 km del estrecho para alcanzar la costa africana ya no es un desafío, es una locura. Un imposible, una odisea: son sesenta años. Resistir a la tentación o rendirse. ¿Destruirse en el mar?.
Deposita las maderas en la orilla y deja que sea el agua la que decida: si las olas se las llevan a África, se irá tras ellas.

martes, marzo 28, 2006

la ventana

Mirarme adentro y verte.

foto bahía - 25/03/2006
Y afuera, todo el mar.

lunes, marzo 13, 2006

mediocre atraco a mano armada

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recitar dipinto - Marco Manzella


sin sentido
líneal, paralelo
perpendicular
apenas
mínimo
rasguño
nervios irreales
cruzados
holograma vibrante
cicatriz postiza:
ni honda, ni superficial
en versos cíclope
pretexto, palabras
núbiles lágrimas


lo clamo
a gritos, a piel
a pelo, a fuego
a este anhelo
lo designo
ardiente deseo
sin pretensión

je m'en fous!
si
otros
malogran
tergiversan
trafican
con minúsculas
nauseabundas
y
lo denominan
Poema


...Y están los poetas de verdad. A estos los leo y los admiro:

Ínsulas y guijarros
La poesía es un atentado celeste
Ventana azul
Lenguaje primordial

sábado, marzo 04, 2006

recursos de pintor


San Salvador de Bahía - foto de Manfred Leiter

Todos aquellos meses, el pensar que ella no quisiera volver a verlo le había provocado unos segundos de pánico diarios que fue envasando en bolsitas de tela de gasa blanca, acopiadas en una bombonera de metal. De cada bolsita de pánico desvaído hizo una infusión con aroma a calma -añadió unas gotas de sosiego- que ahora bebe hirviente para que le espante los vestigios de la angustia y le derrita los miedos.

Sorbo corto, vaho en el cristal y mirar al mar por la ventana para pedirle prestado algún vértigo azul con el que pintar el retrato de una mujer de agua evaporada.