domingo, marzo 22, 2009

digestión






















Cafetería del Hotel Le Royal Meridien. 00.53 am.

Sigo sentada frente al televisor: el del lavavajillas mete los dedos en la tartera para sacar los granos de arroz; el salvaje de la 2 entra a saco en el loft, en un viejo almacén.

Interrumpe el programa. Tira una moneda al aire: cara premio. Cruz, pizza

Es un gran compromiso... Pizza.


Oigo su voz... Todo esto es demasiado raro para mi, me dice. Elige premio

Si vas a seguir lloriqueando, te invito a la boda y te libero de que me regales la cafetera...

Premio

Premio...


Por la mañana, nos traen el desayuno a la cama. Junto al café y al tarro de Nutella, le dejo una carga de optimismo y un rulo de pasta, envuelto en una cinta que dice "despacio"...

Dentro, su nombre chino en una invitación impresa sobre la programación de Shangai tv.