domingo, octubre 02, 2011

demasiada tele (y poco dinero)


"Acristale el porche" reza un anuncio que me envían... En mi cansancio (o ¿será delirio?), no leo el porche, sino el Porsche y como nunca me planteé tener uno -de hecho, los coches siempre me han importado más bien poco- se me gira la expresión y pienso: será que, cuando te venden un porsche ¿te lo dan sin vidrios? O que si tu coche es de gama alta, tipo maserati o jaguar ¿puedes acristalarte el vehículo a tu gusto? Vaya, no se me habría ocurrido nunca. Hoy que mi renault cumple 8 años...

Pero no, consulto la web de porsche España y me confirman que por el módico precio de 209.130 euros te puedes comprar un "911 GT2" y alcanzar los 329 kms/h.



Fíjate y yo teniendo que comprar un puto ordenador de 1500 euros para seguir trabajando -free lance- en mis artículos porque se ha muerto el aparato hoy. Tenía 4 años y... "tenía que pasar tarde o temprano" me dice la chica de la tienda de informática. Sí, claro... Y, o tienes pasta ¡o te arriesgas a no entregar el trabajo a tiempo y no cobrar los cuatro artículos de este mes!

¡¡No sé si vender mis favores sexuales para poder pagarlo!! Aunque bien mirado, deberia sacar algo más de guita porque tengo billete low cost de ida y vuelta a Sicilia para dentro de quince días, pero allí voy a tener que dormir en la playa... O en Corleone, je.

(A propósito de mafia ¿has leído el libro de Saviano?)

Pero bueno ¿te doy un dato positivo del restaurante del cual soy socia? El cierre económico de este mes ha sido bueno, algo superior al del mes pasado (la media por semana también ha aumentado). Así que es posible que sobreviva este mes, aunque los beneficios son magros y a repartir entre cuatro...



¿Sabes? sigo aspirando a jubilarme antes de los 50 y dedicarme a dar la vuelta al mundo. Y que, cada mes, reciba un aviso a mi móvil que diga: ya te he girado los beneficios de los locales de este mes por WU...

Y entonces, desde la bahía de Halong, de Punakaiki o del desierto de los Pináculos, te enviaré una postal como esta...

Mientras tanto, dejo de soñar despierta -tengo que acabar el artículo sobre la programación de la tele de esta semana- y seguiré soñando dormida... dentro de un ratito.