domingo, marzo 22, 2009
digestión
Cafetería del Hotel Le Royal Meridien. 00.53 am.
Sigo sentada frente al televisor: el del lavavajillas mete los dedos en la tartera para sacar los granos de arroz; el salvaje de la 2 entra a saco en el loft, en un viejo almacén.
Interrumpe el programa. Tira una moneda al aire: cara premio. Cruz, pizza
Es un gran compromiso... Pizza.
Oigo su voz... Todo esto es demasiado raro para mi, me dice. Elige premio
Si vas a seguir lloriqueando, te invito a la boda y te libero de que me regales la cafetera...
Premio
Premio...
Por la mañana, nos traen el desayuno a la cama. Junto al café y al tarro de Nutella, le dejo una carga de optimismo y un rulo de pasta, envuelto en una cinta que dice "despacio"...
Dentro, su nombre chino en una invitación impresa sobre la programación de Shangai tv.
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4 comentarios:
Vengo a saludarte y a leerte.
Un abrazo.
nutella! hace años que no escuchaba esa palabra. Yo comía cuando era chica a lo loco.
Saludos!
pero, qué bueno
me gustó
me encantó
tiene frescura y es desenfadado
"le dejo una carta de optimismo..." está genial.
muy bueno.
de verdad, ah? no de compromiso.
un abrazo de tiempos, amiga
que el recreo sólo hace mejor el regreso.
Tan casual...tan romántico...me alegra tanto volver a disfrutar de tus letras luego de mi ausencia...vengo menos azul...pero esperando recibir tus palabras en mi nueva ventana como siempre...
Bikos...muchos Rey ;)
http://venttana.blogspot.com
Mayte.
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