Recuperado de un archivo olvidado, mezclo, anoto -absorta- algún pigmento para tu rostro de piedra. Te prefiero en carne pero hace tiempo que otros como el granate te sientan mejor...
Te garabateo las sienes en berenjena con un tatuaje de arena horizontal en la frente, entre líneas -¿cuántos años van ya por delante?- no de sabiduría sino de amargura, mi dulce, arrugas de tostado dulce de leche. Te perfilo diluído en gris plomo de invierno (te quedó el frío como al espía de Le Carré) y tu barba de verde cesped, recortada, pateada, mojada por mis tantos flujos tras la final en el Soccer City. Acabo tus labios de bocadillo con un relieve en tono mostaza.
Ya está... Te escondo, pierdo, otra vez entre carpetas experimentales tras otra sesión de retrato sin modelo natural.
Sienta bien una horchata fresca y el olor lavanda del verano...